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Mostrando entradas de febrero, 2022

TOMO 2: CAP 2: La enfermedad del lazo

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     Avan se frotó los labios enérgicamente. No podía creer que hubiera hecho eso. Se había sumergido en el océano con Gureo como la única fuente de oxígeno. No sólo es que no le gustaran los chicos. Es que a ESE chico lo odiaba especialmente. Estaba claro que, para los hombres pescado, el tema de besarse debajo del agua no tenía mayor significado afectivo que una palmadita en la espalda, pero para él y su raza… ¡Buf! Hasta un roce de labios significaba algo.      El caso es que el binomio que formaban estos dos no era tan coordinado como el que formaban Nadea y Avan. Pronto quedó claro que el avance era imposible.       Como la cosa no funcionaba, habían tenido que salir a la superficie. El tritón le había remolcado nadando hasta la costa contraria a la frontera, dentro de los límites de Mitos.       Menos mal que había ido preparado. El vampiro se había vendado cada centímetro de piel y se había hecho con unas gafas de sol con cristales casi opacos para resistir tal derroche de luz,

TOMO 2: CAP 1: La espera

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     Todas las noches, Avan se escapaba de casa para acudir a su cita en la frontera y, todas las noches, volvía desolado a su ataúd. Sus ojos se habían hundido en unas ojeras terribles y las venas se transparentaban en una piel que casi parecía traslúcida. El vampiro se debilitaba a ojos vista y lo único que hacía era dejar pasar los días para correr a la frontera cada noche. Seguía su rutina diaria como un zombi. Del instituto al ataúd, del ataúd a la frontera, vuelta al ataúd, vuelta al instituto… Más parecía un fantasma que un vampiro.      Aunque intentara ocultarlo, Inizia Belladona, su madre adoptiva, lloraba todos los días preocupada por el joven vampiro. Se pasaba el tiempo buscando una cura a una enfermedad que sabía inexistente. Estaba claro lo que le pasaba al chico. Había mordido a su alma predestinada, pero, por motivos que no alcanzaba a comprender, no estaba junto a ella. Y eso era algo que no llegaba a ser mortal para un vampiro, pero sí agónico. Avan se negaba a habla