CAP 4: Aleteos y sofocos
Parsae no podía concentrarse en los trazos de su dibujo. En principio quería retratar a su madre mientras tomaba ese incómodo té en la salita de los Verisen, pero cuando intentaba recordar cada detalle de su rostro y expresiones le distraía la imagen de su futuro marido con su rictus de amargado y era incapaz de dibujar ni un solo trazo. Finalmente decidió dejarse llevar y que su mente rebelde tomara el mando de su mano. En el papel comenzó a tomar forma una figura oscura y triste. Hasta ese momento no había reparado de forma consciente en la profunda pena que encerraba cada expresión de Danos. Cuando terminó, examinó un segundo su obra y notó un intenso desasosiego. Cerró el cuaderno con brusquedad. Lo mejor sería arrancar la hoja y tirarla a la basura. Vaya dibujo deprimente le había salido. Lo que le faltaba para arreglar su día. De repente, le faltaba aire para respirar. Quizás debería dar una vuelta por los jardines para animarse. Tenían fama de ser impresionantes. Dejó el cuadern...
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